Miércoles, 19 Julio 2017 16:40

El Requerimiento de Juan López de Palacios

El Requerimiento

 

Juan Lopez de Palacios Rubios.

Jurista y Consejero Real, encargado de sustentar la Justicia de las empresas reales. 1513

Este documento se convirtió en la base que legalizo las campañas de conquista  española en América y estuvo vigente de 1513 a 1542 cuando fueron emitidas las Leyes Nuevas.

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Texto:

 

“De parte del muy podereso y muy católico defensor de la iglesia, siempre vencedor y nunca  vencido el gran Rey  don Fernando V de España de las dos Sicilias, de Jerusalén, y de las Islas y tierras firmes del Mar Oceáno, etc.  Tomador de las gentes bárbaras, de la muy alta y poderosa Sra. La Reina Doña Juana, su muy  cálida y amada hija, nuestros Señores, yo Dávila su criado, mensajero y capitán, los notifico y las hago saber como mejor puedo:

Que Dios nuestro señor único,y eterno, creo el cielo y la tierra, un hombre y una mujer de quienes nosotros y vosotros fueron sus descendientes y procreados y todos los de después de nosotros vinieros, mas la muchedumbre de la generación y de esto ha sucedido de cinco mil y más  años que el mundo fue creado, fue necesario que unos hombres fuesen de una parte y de otros fuesen por otra y se dividiesen por muchos reinos y provincias de que una sola no se podían sostener ni conservar.

De todas estas gentes nuestro señor dio cargo a uno que fue llemado San Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor superior, a quienes todos obedeciesen y fuesen cabeza de todo humano, donde quiera que los hombres estuviesen viviesen en cualquier ley, secata o creencia, pidiéndole a todo el mundo por su reino, señorío y jurisdicción, y como quiera que le mando propusiese su silla en Roma como el lugar más aparejado para seguir el mundo, también le permitió que puidese estar y poner su silla en cualquier otra parte del mundo, y juzgar, y gobernar a toda la gente, cristianos, moros, judíos, gentiles y de cualquier otra secta o creencia, a este llamaron Papa, que significa admirable, mayor y guardador.

 A este San Pedro obedecieron y tomaron por señor, Rey y Superior del Universo, los que en aquel tiempo vivían y asimismo han tenido todos los otros que después de él fueron al pontificado elegido y así se ha continuado hasta ahora y así se continuará hasta que mundo se acabe.

Uno de los pontífices pasados que en lugar de este mundo, hizo donación de estas Islas y tierra firmes del Mar Oceáno, a los ricos Rey y Reinas y a los sucesores en  estos reinos, con todo lo que en ellas hay según contienen en ciertas escrituras que sobre ellos basaron, así que sus Altezas son Reyes y Sres. De estas Islas de tierras firmes, por virtud de dicha  donación y como a tales Reyes y Sres. algunas Islas más y casi todos a quienes esto ha sido modificado has recibido a sus altezas y las han obedecido y servido y sirven como súbditos la deben hacer, con buena voluntad y sin ninguna resistencia, luego de su inclinación como fueron informado de lo susodicho, obedecieron y recibieron a los valores religiosos que sus Altezas profesaban para que les predicasen y enseñasen la Santa fe, y todos ellos de su humilde y agradable voluntad sin apremio ni condición alguna se hicieron cristianos y lo son, sus Altezas los recibieron alegres y así los mando a tratar como a los otros súbditos y vasallos, los otros son pedidos y obligados a hacer lo contrario.

Por ende, como mejor puedo os ruego y quiero que entendais bien lo que he dicho, y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo y reconoscais a la Iglesia por Señora y Superiora del universo mundo y al sumo pontífice llamado Papa en su nombre y a Rey y a la Reina nuestros señores en su lugar como Supeiores y Señores y Reyes de esta isla y tierra firme por virtud de la dicha donación y consentais en que lugar a que estos padres religiosos o declaren los susodichos.

Si así lo hicieres te ha de ir bien y aquello a que estas obligado, y sus altezas en su nombre los recibirán  contodo amor y caridad, los dejarán vuestras mujeres hijos y haciendas libres, sin servidumbre, para que de ellas y nosotros hagáis libremente lo que quisieres y bien tuviese y no os compelerán a que torneis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad quisieres convertir a la religión católica como lo han hecho casi todos los vecinos de estas islas y demás de esto su Alteza dará muchos privilegios exenciones que gozaran muchas veces.

Si no lo hiciereis en ello dilación maliciosamente pusieres, os certifico que con la ayuda de Dios entrare poderosamente contra vosotros y os haré guerra por todas partes y maneras que tuviere y  sujetaré al yugo y obediencias de la iglesia y de sus Altezas y tomaré a vuestras personas y alas de vuestras mujeres e hija y a los haré  esclavos y como tales los venderé  y dispondré de ellos como su Alteza mandare, y os tomare vuestros bienes, y os haré  todos los males y daños que pudiere como vasallos que no obedecen y que no quieren recibir a sus señor y le  resisten y contradicen y protesto de los muertes y daños que de ellos se registrarén serán a culpa vuestra y no de sus Altezas ni mía, ni de estos caballeros que conmigo vinieron y de como lo digo, requiero, pido al presente Escribano que me lo de como testimonio firmado a los presentes ruego que de ellos sean testigo.” (Lewis, 1949, págs. 53-55)

 

 

tomado de:
Bibliografía
Lewis, H. (1949). La lucha por la justicia en la conquista de América . Buenos Aires: Editorial Suramericana.

 

 

 

 

 

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